Yo puedo sola... así dice mi mamá.
¿La soltería es un súper poder o una consecuencia de una decisión más profunda?
Crecí en un ambiente en que la soltería era el status quo implícito, la zona de confort, un espacio seguro…
Siendo tan feliz ¿por qué, remotamente, querría que fuera diferente?
Ayer fue el día de las madres y tras saludar a las dos mujeres de mi vida —mi abue y mi madre—, no pude evitar cuestionarme: “Algún día llegaré a ser la mitad de fuerte que ellas?” y, como si hubiera pensado en voz alta, mi abue dijo:
“Gracias a ti por enseñarnos a ser vulnerables”
Sus palabras me explotaron en la mente y despertaron preguntas que no me hacía desde hace mucho. Me di cuenta de algo muy simple y muy potente: mi madre y mi abuela —al menos desde que tengo memoria— siempre estuvieron solteras. En mis 25 años, mi abuela tuvo dos parejas. Mi madre, ninguna.
No me crean ingenua: mi mamá es una mujer guapísima. Yo sé que salía, conocía personas… pero nunca me presentó a nadie, ni hizo parte a alguien de nuestras vidas. Crecí en una casa donde las dos mujeres pilares estaban, para nuestros ojos, completamente solas.
En almuerzos familiares, cuando alguien insinuaba alguna curiosidad sobre sus vidas amorosas, ellas respondían sin dudar:
“Ay no, ¿para estar aguantando a alguien más?”
“Yo no estoy para tonterías de inseguros.”
“Qué flojera, me gusta ser dueña de mi tiempo.”
Y así, poco a poco, la soltería se fue dibujando en mi mente como la mejor estrategia para mantener la paz mental.
Y tenía sentido. A mi madre la veía feliz y fuerte; a mi abuela no le faltaba nada. Se dan todo lo que necesitan, sin depender de nadie. Aunque, parece un pensamiento lógico y “empOderadoh” ¿por qué tenía la sensación de que me estaba perdiendo de algo?
Gracias a ti por enseñarnos a ser vulnerables.
Exacto.
Mi idea de fortaleza se basaba en que ellas podían con todo. Que eran heroínas. Que la soltería era su superpoder.
Qué equivocada estaba.
La soltería, en su caso, es solo la consecuencia de una decisión mayor: proteger su fragilidad. Ese es su verdadero poder. Se conocen tan bien y se valoran tanto, que jamás aceptarían menos de lo que merecen. Que no hayan encontrado a alguien a la altura no es una tragedia…
Solo deja ver lo fatal que está el mercado (if you know what I meannn).
Mi abuela, con esa frase, no solo calmó mi deseo de algún día ser tan fuerte como ellas. También me enseñó otra forma de entender el “yo puedo sola”. No significa no necesitar a nadie. Significa que, cuando llegas a conocerte profundamente, sabes qué quieres, qué mereces y cómo conseguirlo.
No se trata de tener pareja o no. Se trata de no conformarte por miedo a estar sola.
Yo puedo sola y decido elegirme a mí misma.
Mis madres me dejaron la enseñanza más valiosa: “Mientras te elijas a ti primero, todo va a estar bien.” y sí.
Incluso si te aterra “quedarte sola”, te aseguro algo:
No vas a tener que soportar a ningún imb— perdón, a alguien de mente débil. Pero es la verdad, a veces, por ese temor, terminamos aceptando cualquier cosa y te lo digo por experiencia propia.
Pero esa historia será para otro día. Jeje.